Me llamo Bárbara y sufro de trastorno por atracón. Es así como deseo empezar este nuevo post.
Fue hace poco que me enteré de este síntoma
que padezco desde hace mucho mucho
tiempo, pero en Junio del 2013 llegué a tocar a fondo coincidiendo con la
situación actual en el que vive España. Con 28 años, no tener un trabajo y
vivir bajo el mismo techo que mis padres no es algo de lo que me sienta
orgullosa, hace que me refugie en la comida. No olvidaré aquel día lluvioso en Gijón,
sola en la habitación de un hotel.
Playa de San Lorenzo, Gijón |
Aproveché
mi soledad para comer desenfrenadamente
y sentir que en mi estomago no hubiese ni un rincón vacio. Pero después de
ingerir tanto comida, vinieron a continuación los sentimientos de culpabilidad
y no parar de llorar de porqué no puedo evitar dejar de comer. Entre sollozo y
sollozo, recibí un mensaje en mi teléfono. Una amiga que se acordaba de mí y
que mirase un artículo que se había escrito recientemente en un periódico. Leí
el artículo y empecé a sentirme más tranquila e inmediatamente llamé al médico
que trataba mi adicción por la comida. Me recomendó ir a visitarle.
Días después de ir a su consulta y con
los resultados de los análisis se confirmaron las sospechas. Tenía un problema,
pero feliz de saber que tiene solución y podré recuperar mi silueta.
He recopilado información de dicho trastorno
para aquellas personas que desconocen dicho fenómeno.
EL TRASTORNO
POR ATRACÓN
El
trastorno por atracón, se caracteriza por una pérdida absoluta de
control a la hora de comer, lo cual sucede periódicamente, se ingieren
enormes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo y no se detienen
hasta que se sienten incómodamente llenos, hasta el punto que su estómago puede
doler. Estas personas suelen ser obesas debido a su comportamiento alimenticio
inapropiado, sin embargo, hay casos donde la persona mantiene un peso normal a
pesar de estos atracones. Cabe aclarar que no todas las personas obesas
necesariamente sufren del trastorno.
La gente no desea tener exceso de peso, pero no pueden evitar ingerir la
comida de manera descontrolada, lo cual acarrea severos conflictos internos entre
la imagen corporal que desean tener y la realidad de que no pueden alcanzar esa silueta porque simplemente no pueden detenerse
ante la comida. Esto genera
tristeza, culpa, auto reproches y rechazo hacia ellos mismos. Veremos que
muchas veces se abstienen de comer en público o comen poco ante la presencia de
los demás, pero al llegar a su casa comienza el desenfreno alimenticio.
Las
emociones ocupan un rol fundamental en este trastorno. Se
suele comer como manera de lidiar con el stress, la ansiedad,
el enojo (con uno mismo a manera de castigo, o con los demás), la angustia, la
desilusión, la soledad.
Muchos se sienten de cierta manera
estafados por comer lo que quieren y no poder mantener el peso que desean,
como sí ocurre con ciertas personas que no cuidan su alimentación y sin embargo se mantienen
delgadas. Un trastorno de alimentación
se convierte en un trastorno de sentimientos, ya que el trastorno se
convierte en una herramienta para manejar nuestras emociones. Estar a cargo de
lo que entra en nuestro cuerpo de cierta manera nos hace sentir en control, un
control que pudo haberse perdido debido a una situación traumática.
Se
suelen comenzar dietas al no verse conformes con su cuerpo, que en
algunas ocasiones son demasiado extremas, o pueden intentar cambiar sus hábitos
alimenticios dedicándose a consumir sólo alimentos sanos. Todos los esfuerzos
serán en vano, porque por poco tiempo podrá mantenerse la determinación y
pronto los alimentos calóricos los seducirán de nuevo.
Los
sujetos pueden sufrir por el trastorno por atracón debido a su componente
emocional, en algunos casos a su genética
o por las conductas (en especial los hábitos alimenticios) aprendidos en su
niñez. Es frecuente ver que las personas crecen viendo a sus padres comiendo de
manera poco sana, lo que los pequeños imitarán y mantendrán como modelo durante
su vida adulta. También es común ver que las personas están condicionadas a
comer todo lo que hay en el plato, como si fuera algo malo dejar la comida. Los
niños pueden llegar a aprender a manejar su tristeza con alimentos, siendo
éstos utilizados como un sedante o un premio.
Signos y síntomas
Algunos
signos y síntomas que puede manifestar un afectado son:
- Incapacidad para ejercer el control sobre el consumo de alimentos
- Sentimientos de pérdida de control durante el atracón.
- Consumo inusual de grandes cantidades de alimentos a la vez, mucho más que una persona promedio.
- Consumo mucho más rápido durante el episodio de atracón que durante episodios habituales de alimentación.
- Ingieren alimentos hasta sentirse físicamente incómodos (indigestión) y con náuseas, debido a la cantidad de alimentos consumido.
- Come cuando está deprimido, nervioso o aburrido.
- Come grandes cantidades de comida, incluso cuando no tiene hambre.
- A menudo come solo durante los períodos de alimentación normal, debido a sentimientos de vergüenza
- Se siente disgustado, deprimido o culpable después de comer en exceso.
- Experimenta una rápida ganancia de peso, o incluso un inicio repentino de obesidad.
- Sufre de depresión severa.
- Se irrita con facilidad.
- Por la depresión puede llevar a hasta suicidarse
El
tratamiento
Se
suele necesitar un tratamiento multidisciplinario
con nutricionista, psiquiatra y psicólogo, debido al interjuego
psíquico/físico que se presenta. Lo delicado del problema es que tratamos con una adicción a la comida y no es algo
que podamos alejar de nuestras vidas como una droga, ya que necesitamos
alimentarnos varias veces por día. La clave se encuentra en establecer una relación
sana con la comida.
Linda Craighead, profesora
de Psicología, es especialista en trastornos de alimentación y escribió: "es
importante que no se cuenten calorías, que no se concentren en la grasa o la
propiedad del alimento en sí, sino que hay que prestar atención a lo que está
pasando adentro de uno, cuánta comida se va a consumir y cómo se va a sentir en
el estómago, cuánta comida es la que en realidad se necesita. Hay que
concentrarse en las señales físicas que nuestro cuerpo emite, aprender a
escucharlo y detenerse cuando uno se encuentra modernamente lleno. Se
debe prestar atención a la señal de hambre real"
No pueden existir alimentos
prohibidos, ya que si se hace esto será más difícil mantener
el propósito de escuchar al cuerpo al generar ansiedad por la privación,
tenemos que darnos un permiso consciente de comer lo que deseamos. Al momento
de comer, debemos estar atentos de lo que comemos, disfrutar cada bocado y
tomarnos nuestro tiempo para comer (mínimo 20 minutos). Se debe evitar comer
cuando uno tiene demasiada hambre porque de esta manera se comerá rápido y será
más difícil detenerse. Es necesario alimentarse cuando sentimos tan sólo un
poco de hambre y finalizar al sentirse un poco llenos.
No comas sólo porque tienes la comida
ahí, presta atención a tu señal interna de hambre, ¿por qué quieres comer
ahora? ¿En realidad estás hambriento o estás buscando la comida para lidiar con
algo difícil para ti? Tampoco planees comer en exceso, si tienes una fiesta no
pienses que puedes comer sin control y después intentes compensarlo con alguna
dieta o algún otro método.
Cuando
se siente hambre tenemos que pensar por qué, si estamos tentados de comer en
exceso pensemos si estamos reaccionando a algo o a alguien de nuestro ambiente.
Debemos ser cuidadosos con lo que nos servimos en el plato, ya que tendemos a
comer todo lo que hay en él, por eso se recomienda utilizar platos pequeños a
la hora de alimentarse.
FUENTES
¡ FELIZ DIA!
Phillip Island, Melbourne |
No hay comentarios:
Publicar un comentario