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martes, 30 de abril de 2013

¿PORQUÉ CRITICAMOS?



     
    ¿Quién no ha sido criticado alguna vez? O también; ¿quién no ha criticado a alguien alguna vez en su vida? La persona que responda con un rotundo no, desde luego miente. Yo como vosotros he pasado por dichas experiencias, y ejemplos hay miles. Cuantas veces me habrán dicho: "Bárbara aprende tu hermana" o cuando cometo un error me dicen "Eres igual que ella" Pienso que no se debe criticar comparándote con otros seres puesto que cada persona es cada persona.


         Dicen que en España uno de nuestros hobbies favoritos es criticar, pero la realidad es muy diferente,  somos seres críticos en cualquier parte del mundo, forma parte de nuestra naturaleza. Además la crítica  es una respuesta instintiva, espontánea y natural; es una respuesta de supervivencia. Y si miramos más allá, podríamos ver que la crítica es una señal positiva puesto indica que no pasas desapercibido, porque lo que dices o haces es interesante y despierta la curiosidad o la preocupación de los demás. Pero realmente no solemos mirarlo desde dicho punto de vista sino que es negativo porque molesta y hiere el orgullo, sobre todo cuando tenemos baja autoestima.


ENFRENTÁNDONOS A LA CRÍTICA

                                                                                           

         Muchas personas, para sentirse vivas y poderosas, necesitan ir por la vida agrediendo a los demás. La crítica es una forma de agresión y lo peor que pudiéramos hacer es entrar en el juego


         La crítica es una realidad habitual y no podemos gastar nuestra energía en combatirla, ni en defendernos de ella, pues se convertiría en una guerra de desgaste. Debemos aprender a estar por encima de la crítica. Esto es posible si la manejamos desde cuatro frentes.




1. Maneja la crítica desde los sentimientos



         El odio y el resentimiento son autodestructivos. La forma más eficaz de superar estos sentimientos consiste en pensar que, los críticos son personas mediocres y frustradas, a quienes duele el éxito de los demás, porque lo sienten como una crítica a su mediocridad. Compréndelos y perdónalos, pues ya tienen bastante con su desgracia. 


         Cada persona percibe las cosas desde sus temores y necesidades y sólo ve lo que necesita o quiere ver, para sobrevivir y para afianzar su personalidad. 


         La crítica puede llegar a ser virulenta, cuando las ideas o la acción, amenazan las estructuras de los demás; debido a que generan cambios que obligan a replantearse la validez o funcionalidad de ciertos principios, valores o conductas. Por esta razón, se recomienda no discutir de familia, de política, de patria, ni de religión; estos son temas intocables, porque activan automáticamente los mecanismos instintivos de defensa. 


         La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son “peligrosas”, porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la gente y obligarla a ser más auténtica y responsable.          Recuerda que todos somos la sociedad. Todos nos oponemos en forma consciente o inconsciente al progreso de los demás, porque somos envidiosos, críticos y represivos por naturaleza. Para comprobarlo, escucha el lenguaje de las personas, pero presta mucha atención, porque la mayoría de las críticas son sutiles y subliminales, de esas que “tiran la piedra y esconden la mano”. Estas críticas son las más dañinas.



         Si eres una persona con proyectos importantes debes fortalecerte, para abrir tú propio camino, consciente de que la crítica te seguirá a donde vayas; pero ten la seguridad de que en el fondo, todos te respetarán y te admirarán, porque tienes la iniciativa y el coraje que a ellos les falta.



2. La crítica nos ayuda a reflexionar



         Cada persona nos percibe desde su situación, lo que nos ofrece un abanico de matices y la posibilidad de conocernos desde distintas perspectivas; por tanto, no hay que dar crédito a lo que dice la gente, pero es bueno escuchar y someter a análisis las opiniones de los demás. 


         Es conveniente analizar la crítica desde el punto de vista personal, desde el punto de vista del crítico y como observador imparcial. 

         Si tratas de justificar tus errores, todo el mundo se sentirá con derecho criticarte, pero si los aceptas con humildad, todos se sentirán inclinados a comprenderte y a disculparte. 


         Si la crítica es ofensiva y atenta contra tu reputación, debes salirle al paso y aclarar la situación, siempre con altura y dignidad. 


         Hay casos en que la crítica se convierte en rumor que va y viene. Los rumores no pueden combatirse, porque son como fantasmas, están en todas partes, pero nadie pude ubicarlos. El único remedio contra los rumores es el éxito.



3. Sé práctico.



         Acepta la crítica como parte natural e inevitable de la vida. 

Reconoce el derecho de los demás a criticarte y recuerda que al hacerlo se están defendiendo de sus temores y frustraciones.



       
  Con frecuencia la intención de la crítica es herir, así que, no te des por aludido y verás como pierden el interés y dejan de criticarte. 

         Actúa sin esperar que los demás te comprendan. Confórmate con saber que estás en el camino del éxito
.


         Haz las cosas por convicción. No te preocupes demasiado por complacer a los demás. 


         Muchas personas viven en actitud expectante y a la defensiva, lo cual produce estrés y supone un gasto enorme de tiempo y de energía que necesitamos para nuestro desarrollo. Esta actitud defensiva genera temor, desconfianza y una visión negativa de la vida, de la gente y de las cosas, que hace ver enemigos en todas partes. 


         Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque sólo con ello podrás construir el éxito.



4. Cultiva un lenguaje asertivo



         Habla bien de la gente. Que tu boca se abra para decir la verdad y para estimular. Si tienes algo bueno que decir, habla, si no, calla. 


         La gente desea agradar y ser aceptada. Este deseo nos hace vulnerables, pues dependemos del reconocimiento y de la aprobación de los demás. 

 "Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella."
 Facundo Cabral

 ¡FELIZ DIA!



FUENTES