Dicen
que en España uno de nuestros hobbies favoritos es criticar, pero la realidad
es muy diferente, somos seres críticos
en cualquier parte del mundo, forma parte de nuestra naturaleza. Además la
crítica es una
respuesta instintiva, espontánea y natural; es una respuesta de supervivencia.
Y si miramos más allá, podríamos ver que la crítica es una señal positiva
puesto indica que no pasas desapercibido, porque lo que dices o haces es
interesante y despierta la curiosidad o la preocupación de los demás. Pero realmente
no solemos mirarlo desde dicho punto de vista sino que es negativo porque molesta y
hiere el orgullo, sobre todo cuando tenemos baja autoestima.
ENFRENTÁNDONOS
A LA CRÍTICA
Muchas personas, para sentirse vivas y poderosas, necesitan
ir por la vida agrediendo a los demás. La crítica es una forma de agresión y lo
peor que pudiéramos hacer es entrar en el juego.
La crítica es una realidad habitual y no podemos gastar
nuestra energía en combatirla, ni en defendernos de ella, pues se convertiría
en una guerra de desgaste. Debemos aprender a estar por encima de la crítica.
Esto es posible si la manejamos desde cuatro frentes.
1. Maneja la crítica desde
los sentimientos
El odio y el resentimiento son autodestructivos. La forma
más eficaz de superar estos sentimientos consiste en pensar que, los críticos
son personas mediocres y frustradas, a quienes duele el éxito de los demás,
porque lo sienten como una crítica a su mediocridad. Compréndelos y perdónalos,
pues ya tienen bastante con su desgracia.
Cada persona percibe las cosas desde sus temores y
necesidades y sólo ve lo que necesita o quiere ver, para sobrevivir y para
afianzar su personalidad.
La crítica puede llegar a ser virulenta, cuando las ideas o
la acción, amenazan las estructuras de los demás; debido a que generan cambios
que obligan a replantearse la validez o funcionalidad de ciertos principios,
valores o conductas. Por esta razón, se recomienda no discutir de familia, de
política, de patria, ni de religión; estos son temas intocables, porque activan
automáticamente los mecanismos instintivos de defensa.
La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al
cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son
“peligrosas”, porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la
gente y obligarla a ser más auténtica y responsable. Recuerda que todos somos la sociedad. Todos nos oponemos en
forma consciente o inconsciente al progreso de los demás, porque somos
envidiosos, críticos y represivos por naturaleza. Para comprobarlo, escucha el
lenguaje de las personas, pero presta mucha atención, porque la mayoría de las
críticas son sutiles y subliminales, de esas que “tiran la piedra y esconden la
mano”. Estas críticas son las más dañinas.
Si eres una persona con proyectos importantes debes
fortalecerte, para abrir tú propio camino, consciente de que la crítica te
seguirá a donde vayas; pero ten la seguridad de que en el fondo, todos te
respetarán y te admirarán, porque tienes la iniciativa y el coraje que a ellos
les falta.
2. La crítica nos ayuda a
reflexionar
Cada persona nos percibe desde su situación, lo que nos
ofrece un abanico de matices y la posibilidad de conocernos desde distintas
perspectivas; por tanto, no hay que dar crédito a lo que dice la gente, pero es
bueno escuchar y someter a análisis las opiniones de los demás.
Es conveniente analizar la crítica desde el punto de vista
personal, desde el punto de vista del crítico y como observador imparcial.
Si tratas de justificar tus errores, todo el mundo se sentirá con derecho criticarte, pero si los aceptas con humildad, todos se sentirán inclinados a comprenderte y a disculparte.
Si la crítica es ofensiva y atenta contra tu reputación,
debes salirle al paso y aclarar la situación, siempre con altura y dignidad.
Hay casos en que la crítica se convierte en rumor que va y
viene. Los rumores no pueden combatirse, porque son como fantasmas, están en
todas partes, pero nadie pude ubicarlos. El único remedio contra los rumores es
el éxito.
3. Sé práctico.
Acepta la crítica como parte natural e inevitable de la
vida.
Reconoce el derecho de los demás a criticarte y recuerda que al hacerlo se están defendiendo de sus temores y frustraciones.
Actúa sin esperar que los demás te comprendan. Confórmate con saber que estás en el camino del éxito.
Haz las cosas por convicción. No te preocupes demasiado por
complacer a los demás.
Muchas personas viven en actitud expectante y a la
defensiva, lo cual produce estrés y supone un gasto enorme de tiempo y de
energía que necesitamos para nuestro desarrollo. Esta actitud defensiva genera
temor, desconfianza y una visión negativa de la vida, de la gente y de las
cosas, que hace ver enemigos en todas partes.
Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero
tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es
envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque
sólo con ello podrás construir el éxito.
4. Cultiva un lenguaje
asertivo
Habla bien de la gente. Que tu boca se abra para decir la
verdad y para estimular. Si tienes algo bueno que decir, habla, si no, calla.
La gente desea agradar y ser aceptada. Este deseo nos hace
vulnerables, pues dependemos del reconocimiento y de la aprobación de los
demás.
"Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella."
Facundo Cabral
¡FELIZ DIA!
FUENTES